«Hay una secuencia definida de acciones que siguen a una palabra mal entendida:
Cuando no se comprende una palabra, el estudiante se queda en blanco, no entiende lo que viene inmediatamente después. A esto le sigue la solución que el estudiante da a la condición de quedarse en blanco, que es el individualizarse de ello, lo que quiere decir, separarse de ello y retirar todo compromiso con ello. […] Tenemos entonces al «estudiante rápido que de alguna manera nunca aplica lo que aprende» […] El fenómeno específico, entonces, es que un estudiante puede estudiar algunas palabras y repetirlas, pero no participar en la acción. El estudiante obtiene un 10 en los exámenes, pero no puede aplicar los datos. […] El estudiante “muy brillante” que sin embargo no puede usar los datos, no está ahí en absoluto. Hace tiempo que ha dejado de confrontar el asunto en cuestión o el tema.»
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