Foto: Jokhang, © Marco Ammannati, Todos los Derechos Reservados
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Esta es una de las noticias que difícilmente pasan desapercibidas. Algunos ríen a carcajadas de lo absurda que parece ser, otros compadecen al «pobre Dalai Lama», otros se enfurecen… depende del tono emocional de cada quien respecto al tema.
Se trata, según el titular del periódico El País, de un decreto que prohibe la reencarnación del máximo líder espiritual del Tíbet. La disposición de la Administración Estatal de Asuntos Religiosos (AEAR) del gobierno chino busca, según El País, limitar su enorme influencia, y, sobre todo, bloquear su sucesión. La medida no sólo lo alcanza a él, sino a todos los Budas Vivientes que, siendo numerosos, a menudo lideran comunidades religiosas y supervisan la formación de los otros monjes.
Esta noticia, extravagante por demás, me llegó hace unos 6 días a través del blog de Jaime López. Y he estado investigando mínimamente el asunto…
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El budismo tibetano y el Dalai Lama
Una de las peculiaridades del budismo tibetano es la presencia de los Budas Vivientes. Un Buda Viviente, también llamado Bodisatva es, literalmente, un ser viviente (satva) cuya naturaleza es la iluminación (bodi). Es un ser destinado a convertirse en un Buda, que ha hecho el voto de salvar a los demás antes de salvarse a sí mismo. Además de la compasión, el Bodisatva está consagrado a ejercer el dominio de sí, estudiar, aprender y alcanzar la sabiduría. Sus esfuerzos se fundamentan en la determinación de liberar a otros del sufrimiento, reemplazándolo con alegría.
Al morir uno de estos Bodisatvas, se forman equipos de monjes que los buscan en su siguiente encarnación, siguiendo patrones establecidos a través de los siglos. El nacimiento de un Buda Viviente normalmente es precedido por fenómenos naturales anormales. Los budistas tibetanos creen que el alma reencarnada incorpora no sólo el espíritu del Buda Viviente, sino también sus doctrinas; así, cuando se encuentra una reencarnación potencial, el niño usualmente puede recordar lo que hizo en su existencia anterior, sus propias enseñanzas y también puede identificar sus viejas posesiones. Tradicionalmente, los monjes encargados prueban al niño con los familiares del difunto Bodisatva. En algunos casos, el niño puede reconocer a los propios monjes, incluso si se le acercan disfrazados.
Los Dalai Lamas son la reencarnación del Buda de la Compasión quien escogió renacer para servir a la humanidad. Lama (que significa «sabio») es el nombre de los monjes budistas tibetanos, de los cuales el Dalai y el Panchen lamas ostentan los dos máximos rangos. Dalai Lama significa, Océano de Sabiduría.
Tenzin Gyatso es el XIV Dalai Lama, quien entre otros muchos títulos y honores, recibió el Premio Nobel de la Paz en 1989. A la edad de dieciséis años, aún con nueve años por delante de intensa educación religiosa, hubo de asumir el pleno poder político cuando China invadió al Tíbet. En 1959, durante el levantamiento del pueblo tibetano contra la ocupación militar china, se fue al exilio. Ha vivido desde entonces al pie de los Himalaya en la ciudad de Dharamsala, India, asiento del Gobierno Tibetano en el Exilio, democracia constitucional desde 1963, que acoge a 130,000 refugiados tibetanos. Otros, viven en Nepal, Suiza, el Reino Unido, Estados Unidos, en Canadá y otros 30 países.
En su sitio web, a la pregunta sobre sus primeras sensaciones sobre ser reconocido como el Dalai Lama responde:
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«Me hizo muy feliz […] antes de que me reconocieran, a menudo decía a mi madre que iría a Lhasa [capital del Tíbet]. Me montaba en un travesaño de la ventana de casa y fingía que cabalgaba hacia Lhasa. Era muy pequeño en aquel entonces, pero lo recuerdo claramente. Tenía un fuerte deseo de ir allí. Otra cosa que sucedió, que mi madre recuerda muy claramente, es que tan pronto llegamos a Lhasa, dije que mis dientes estaban en una caja, en cierta casa en el Norbulinka. Cuando abrieron la caja, encontraron la dentadura que había pertenecido al décimo tercer Dalai Lama.»
A una pregunta sobre una situación anterior, similar a la actual, con la Administración china, afirma:
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«Si la situación actual respecto al Tíbet continúa igual, naceré fuera del Tíbet, lejos del control de las autoridades chinas. Esto es lógico. Precisamente, el propósito de una reencarnación es continuar el trabajo inacabado de la encarnación anterior. De tal modo, si la situación tibetana todavía sigue sin resolver, es lógico que nazca en el exilio para continuar mi trabajo inconcluso. Por supuesto, los chinos elegirán su propio «Dalai Lama» y los tibetanos elegiremos el nuestro, de acuerdo a la tradición. Será similar a la situación actual del Panchen Lama. Hay un Panchen Lama designado por los chinos y está el Panchen Lama elegido por mí. Uno participa en peregrinaciones que responden a los propósitos de su amo y el otro es el Panchen Lama aceptado en los corazones de todos los tibetanos.»
La regulación oficial
De acuerdo al periódico The Times of India, y otras fuentes de noticias de China, no se trata de prohibir la reencarnación en sí, como afirma el titular de El País, sino de regular (por primera vez en la historia) el reconocimiento del próximo Dalai Lama mediante organismos y procedimientos gubernamentales especialmente designados para ello. Además, tal reencarnación debe ocurrir únicamente en territorio chino y en un templo determinado específicamente para esos fines.
Según fuentes chinas la AEAR plantea que «la selección de los reencarnados debe preservar la unidad nacional de todos los grupos étnicos y el proceso de selección no puede ser influenciado por ningún grupo o individuo que se encuentre fuera del país». Afirma, además que, «el gobierno administra solamente los asuntos religiosos relacionados con el Estado y el interés público y no interferirá en los asuntos internos puramente religiosos.»
Las regulaciones constan de 14 artículos, incluyendo principios, condiciones, procedimientos de aprobación, deberes y responsabilidades de los grupos religiosos para la reencarnación, así como el castigo a quienes violen las regulaciones.
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Es obvio que cada quien sacará su propia conclusión de todo lo anterior. Desgraciadamente, no estamos ante una situación nueva. Es, apenas, la nueva versión «mejorada» de algo que se ha venido arrastrando a través de milenios.
La razón de este artículo, luego del shock inicial, es sencillamente un granito de abono a la deuda inconmensurable que en Occidente y en Scientology tenemos con el Budismo, como con muchas otras religiones orientales. En su conferencia «La Esperanza del Hombre«, L. Ronald Hubbard lo expresa de esta manera:
Honramos a los grandes líderes espirituales del pasado, ya que estas personas nos transmitieron suficiente tradición para hacernos conscientes del hecho de que había en el hombre una parte espiritual. A estos grandes líderes espirituales se les ha ahorcado, se les ha injuriado, malinterpretado, se les ha citado, no se les ha comprendido en absoluto; pero, no obstante, son las manos por las que ha pasado una antorcha a lo largo de los siglos para que pudiéramos llegar a tener una mayor capacidad para el hombre, y algo de esperanza para su futuro.
Todas estas personas estaban diciendo algo que era mucho más importante que: “La vida tiene una parte espiritual”. Estaban diciendo: “Hay esperanza. Pueden venir a ti y decirte que todo está perdido y que estás muerto, que estás atrapado, y que no hay esperanza para ti. Pueden venir a decirte esto; pero no es verdad. Hay esperanza. Tú continúas, de hecho, viviendo. Esta vida no es todo lo que hay. Hay cierta vida futura en la que te puede ir mejor, en la que tu éxito puede ser más valioso de lo que ha sido”. Eso es todo lo que dijeron estos hombres.
Sean cuales sean los adornos o el boato que se les hayan colgado a sus palabras, no nos importa. Sea cual sea la tecnología que tuvieran, sin duda se ha perdido. No obstante, sí transmitieron este mensaje al hombre. Dijeron: “Hay esperanza; te puede ir mejor. Esta vida no lo es todo, y de una u otra manera, todo saldrá bien al final”. Sin esa esperanza, el hombre difícilmente podría haber sobrevivido hasta este punto de la línea temporal.
L. Ronald Hubbard, La Esperanza del Hombre.
Con toda seguridad, la AEAR de China no considera su nueva regulación como una violación a los Derechos Humanos, ya que de lo único que se le podría «acusar» es de violar una pequeñísima porción del Derecho Humano 18, el derecho a la libertad de religión; incluyendo la libertad de manifestar su religión o su creencia por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.
Y si nos pusiéramos muy, muy estrictos, alguien podría llegar a decir que esta medida podría interpretarse como una violación al Derecho Humano 19, derecho a la libertad de opinión y de expresión; a no ser molestado a causa de sus opiniones, a investigar y recibir informaciones y opiniones, y a difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio.
Sin embargo, ambas circunstancias podrían ser discutidas, debatidas y rebatidas hasta el fin de los tiempos. Porque, después de todo, en la práctica, el hecho de desconocer como Dalai Lama a un niño reconocido como tal fuera de China o del templo designado, no estaría violando ningún otro Derecho Humano.
La AEAR no estaría violando, por ejemplo, el Derecho 2 de ningún «ser humano». Este es el derecho que garantiza los derechos a todas las personas, sin distinción de nacionalidad, nacimiento o cualquier otra condición.
Nadie podría pensar que viola el Derecho Humano 3 de persona alguna, es decir, el derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad.
Ni el derecho 6, al reconocimiento de su personalidad jurídica.
Ni el 7, el derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
No violaría el Derecho Humano 8, derecho a un recurso efectivo que ampara al «ser humano» contra actos que violen sus derechos fundamentales.
Ni el Derecho 10, a ser oído públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones.
Mucho menos violaría el artículo 13 de los Derechos Humanos, es decir el derecho a circular libremente y a elegir su residencia.
Ni el 15, derecho a una nacionalidad y a cambiar de nacionalidad.
Tampoco estaría violando el Derecho Humano 17, a la propiedad.
Ni el Derecho Humano 29, derecho a ser responsable por su comunidad.
Todo lo anterior se debe, naturalmente, a que se considera un «ser humano» como nada más que un cuerpo, que vive un promedio de 70 años y entonces… ¡adiós! Esta conveniente consideración ha sido durante siglos, y podría continuar siendo, la «salvación jurídica» de muchos.
El Credo de nuestra Iglesia reza una corta frase que siempre me llamó la atención. Cada vez que debía leerla en un Servicio, me preguntaba «¿Por qué Ronald habrá puesto esto aquí?»
Esa frase dice que nosotros, los de la Iglesia, creemos que las almas de los hombres tienen los derechos de los hombres.
Pienso que por más que continuara buscándola por el resto de la eternidad, nunca, jamás, habría podido encontrar una mejor respuesta a esta pregunta.
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Tremenda tu disertación sobre el tema. Sigue adelante y mantén tus derechos.
Un abrazo.
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Muchísimas gracias por lo que decís sobre nuestro blog, llevamos poquísimo tiempo en esto pero lo estamos haciendo con mucho cariño.
Ayer quería haber hecho un comentario al artículo que hacéis que me encantó porque está documentado, con enlaces… e invita a la reflexión pero después de hacer la reflexión se me pasó. Y ahora que iba a hacerlo, me he encontrado con vuestra respuesta aquí, así que os habéis adelantado.
Para nosotros (principiantes) es una gozada visitar blogs tan profesionales como el vuestro y tan THETA.
Nos alegramos de que te gustase el «ping» que por cierto no sabemos muy bien lo que es.
Hasta la próxima. ARC. Iñaki y Cristina.
Pues sí es un diálogo de locos pero que le vamos a hacer hay que ir aprendiendo.
Nosotros pusimos el enlace conscientemente para que la gente pudiese visitar el sitio de donde salió la información que leí antes de visitar la entrada y pudiesen ellos también sacar sus propias conclusiones no sólo leer nuestra opinión al respecto. Lo hicimos creando un enlace simplemente, no hicimos nada que se llamase crear un «ping» ni nada por estilo.
Por otro lado leyendo tu anterior comentario no entiendo algo puesto que tú también has creado un enlace con Un Mundo Mejor en un comentario y nosotros lo vimos de casualidad entrando en Clear Santo Domingo! pero no porque nos llegase ningún aviso ¿¿¿¿¿?????? Bueno, ya nos iremos enterando. Un saludo. Cristina.
Hola, quiero iniciarme en un templo de ustedes. Por favor pido su ayuda, gracias.
Hola! como ya les habia comentado, mi deceo es iniciarme en un templo de ustedes, quiero ayuda espiritual. Espero una respuesta departe de ustedes, quiero saber como puedo comunicarme. Gracias.