Foto: Monks during a philosophical debate at Sera Monastery, © de Yilud.
Hace varias semanas me encuentro en la disyuntiva de escribir una entrada sobre la situación actual en el Tíbet, que siendo informativa –dentro de lo posible, por la lejanía y por los diversos filtros que atraviesa tal información para llegar hasta nosotros en español– pudiera tener un enfoque mínimamente esperanzador. Y no he podido. Investigando en diversas fuentes y enfoques, aún no logro encontrar ese hilo conductor de esperanza. Así que de todas maneras, comienzo.
Luego de declarar «ilegal» la reencarnación, hace unos siete meses, el gobierno chino ha mantenido sus acciones represivas hacia libertades fundamentales –como de pensamiento y expresión– no sólo del pueblo tibetano, sino de sus propios ciudadanos, por lo que se ha ganado la condena de la opinión pública en todo el planeta, que llega en estos momentos a plantear un boicot a los próximos Juegos Olímpicos que se celebrarán en Pekín en Agosto de este año.
El 10 de marzo, cientos de monjes budistas del monasterio de Drepung, a unos 10 Km. de Lasa, la capital del Tíbet, reiniciaron las protestas en conmemoración del aniversario de la rebelión tibetana contra Pekín en 1959. Estas han continuado, al menos hasta el 4 de abril. Centenares (o decenas, dependiendo de la fuente) de muertos, heridos y detenidos han sido el resultado de las acciones represivas contra los manifestantes.
Hoy, en París, apagan la llama olímpica. El Dalai Lama agradece el apoyo internacional y exige la libertad de los detenidos. Algunos gobiernos del mundo, importantes socios comerciales de China, han guardado silencio. Otros, poco a poco esbozan algunas acciones. Finalmente, la posición del Dalai Lama continua inmutable:
Nuestra lucha es con algunos líderes de la República Popular China y no con el pueblo chino. Por lo tanto nunca debemos causar malentendidos ni hacer algo que pudiera lastimar al pueblo chino. Incluso durante esta situación difícil, muchos intelectuales, escritores y abogados chinos, en la China continental y en otras partes del mundo nos han demostrado su solidaridad publicando declaraciones, escribiendo artículos y ofreciendo compromisos de ayuda, en cantidad abrumadora. […]
De continuar la presente situación en el Tíbet, me preocupa mucho que el gobierno Chino desatará más fuerza y aumentará la supresión del pueblo tibetano. Debido a mi obligación y responsabilidad morales con el pueblo tibetano, he pedido en varias ocasiones a la dirección en cuestión de la República Popular China que detengan inmediatamente su supresión en todas partes de Tíbet y que retiren a su policía y tropas armadas. Si esto da resultado, también aconsejaría a los tibetanos que detuvieran todas las protestas actuales. […]
No debemos involucrarnos en ninguna acción que pudiera ser siquiera remotamente interpretada como violenta. Incluso bajo la más provocativa de las situaciones, no debemos permitir comprometer nuestros valores más preciados y más profundamente llevados a la práctica. Creo firmemente que alcanzaremos el éxito a través de nuestra trayectoria no-violenta. Debemos tener la sabiduría para entender de dónde proviene el afecto y la ayuda sin precedentes para nuestra causa. El Dalai Lama.
Si tales declaraciones te suenan familiares, tienes razón. Se trata del mismo punto de vista sobre lo que es, en realidad, la grandeza. Y, bueno, ahí está uno de los hilos de esperanza que estaba buscando…
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Gracias Milla. Tambien he estado al tanto de esta situacion que me parece siniestra una declaracion de prohibicion de algo que para ellos es milenaria. Hasta donde llega el materialismo, la represion de los conceptos espirituales. Pero si que importante la postura del Dalai Lama con tanta grandeza sin perder su proposito llama a la cordura y como diferencia muy bien las fuentes supresivas, nada de generalidades. Nuevamente gracias por tenernos al tanto de esto. Solo solicito a todos los Scientologist que enviemos mucha admiracion a esta situacion y a estas personas involucradas. Con A.R.C. Galo
De nada, Galo. Pienso que todos los scientologists, de una forma u otra nos solidarizamos con cualquier pueblo donde la libertad de pensamiento se encuentre reprimida, como ocurre también con Birmania.
Milla: Creer firme y determinativamente en El Espíritu del Hombre y en la lógica de la realidad de vidas pasadas y futuras es la base del correcto pensamiento sobre la trascendencia del ser y es lo único que nos hace pensar en que vale la pena hacer enormes y disciplinarios esfuerzos por mejorar nuestras vidas, volvernos más éticos para lograr ascender por el Puente Hacia la Libertad Total. Por eso en el sistema aparentemente progresista de China quiere erradicar las milenarias y maravillosas creencias de los antiguos chinos. Nosotros los Scientologists debemos constituirnos en defensores de la Libertad Religiosa y así un día saldremos de esta era de violencia y materialismo supresivo. Manuel Chiang
Gracias querida, es bueno saber que no es un tema que muere sin pelea. Sin importar los pensamientos ideológicos, sin importar nada, está ante todo la libertad espiritual, creer lo que se nos de la gana, luchar por esa creencia, aún cuando la lucha sea silenciosa. El peor de los poderes, es el que tienen los cobardes.