La pobreza material ha sido suficientemente estudiada en cuanto a sus manifestaciones. Ha sido clasificada, diseccionada, discutida en incontables eventos nacionales e internacionales. Los gobiernos dedican inmensas cantidades de recursos materiales, humanos y tecnológicos a su desaparición. Se supone que nadie la quiere. ¿Por qué se empeña en persistir?
Para algunas personas, demasiado pocas, la respuesta es obvia: porque no se ha determinado correctamente su causa.
Si esto fuera cierto, la solución estaría un poco más cerca. Tal vez entonces, sentiríamos que podemos hacer algo al respecto. Podríamos incluso abrir, tímidamente, tratando de hacer el mínimo ruido posible, una pequeña puerta hacia una respuesta permanente.
Pero hay un ligero problema. Reconocer que es posible una solución y que siempre ha estado allí tumbaría por el suelo muchos altares, probablemente demasiados.
dejaron morir el blog? ya casi un mes q no publican nada :(
¡No, claro que no! :-D