Cuando comencé a estudiar Scientology, me sucedió que al ir avanzando me llamó la atención el repudio de Ronald a las pseudociencias de la mente. No sólo por lo inservible y contraproducente de su tecnología, sino por sus propios fundamentos. Recuerdo que la primera vez que leí sobre el origen de la psicología y la historia de Wundt en Alemania, pensé que el autor exageraba bastante al plantear que los psicólogos consideraban que el hombre era un animal más.
Pero ¡oh sorpresa…! La semana pasada, estando en una librería, se me ocurrió hojear un libro titulado Introducción a la Psicología. Como Supervisor de Curso que soy, y de forma natural, por mi afinidad con la tecnología de estudio, busqué en el mismo libro la definición de psicología. He aquí una cita textual:
«Ciencia que estudia la conducta y los procesos mentales de los animales».
Y como si esto fuera poco el libro explicaba que no hay consenso en las diferentes escuelas sobre si se debía o no incluir en la definición, y como parte de la disciplina, el concepto de procesos mentales ¡porque no son verificables de forma científica!
No hay duda de que la idea de que el hombre no es más que otro animal, con mayor capacidad mental que otras especies, está muy arraigada en la creencia popular. Y, obviamente, ya no me fue difícil entender el punto que Ronald trataba de mostrar. Pero si nos fijamos en la definición anterior, incluso los procesos mentales que el Hombre es capaz de llevar a cabo, son descartados por un grupo dentro de esa disciplina.
Al principio, esto me inquietó un poco, pude ver que hemos llegado a un punto en la sociedad donde se acepta que no somos más que animales. Esa teoría ha calado en todos los estratos, desde el más popular hasta los más elevados niveles académicos. En la sociedad, hemos visto los resultados de tales concepciones del hombre: ignorancia, decadencia moral, libertinaje, corrupción, delincuencia.
Pero mi inquietud pronto se convirtió en esperanza, porque también sé, de primera mano, cómo Scientology está trabajando para revertir esa espiral descendente. Porque he visto cómo ahora más que nunca las personas están encontrando las respuestas que buscan y necesitan, los datos verdaderos sobre su propia naturaleza espiritual. Sé que hay muchas personas en el mundo, también sé que el trabajo debe hacerse y se está haciendo.
La cortina de la ignorancia se está desgarrando con el filo de la verdad que es Scientology. Este es nuestro tiempo.
Clear Santo Domingo! 
Las personas no son animales, ahora han sacado un nuevo nombre a los eufemismos utilizados para sus insultos: trastornos de estress y la han puesto de noticia en windows live messenger, donde la persona acusada de estos insultos, parece que ni si quiera tiene voluntad, que tenga que decidir otro por él
Uno de los aspectos más insidiosos es ese que tu señalas, dónde a la persona se le despoja de su libertad de decisión al endilgarle una etiqueta que la marca de ahí en adelante. Por eso es importante que continuemos educando y divulgando los datos correctos sobre nuestra naturaleza.
Hablas de ignorancia, e inmediatamente después de «naturaleza espiritual». Vaya.