Este magnífico artículo a continuación, reproducido en nuestro idioma con permiso de su autor, fue publicado en inglés hace 2 semanas en la sección Hernando Today, del periódico Tampa Tribune. Su autor, el Dr. Domenick J. Maglio, Ph.D., es también autor de los libros «La Invasión desde Adentro» y «Paternidad Esencial.» Es psicoterapeuta y propietario/director del Wider Horizons School. Lo presentamos en Clear Santo Domingo! para su referencia, e incluímos dos de las repuestas de los lectores que consideramos como aporte al propio artículo. Sólo faltan las de ustedes.
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Una Nación Drogada No Es Saludable
Por Dr. Domenick J. Maglio, Ph.D.
La mayor parte de los estadounidenses está demasiado ocupada en su vida cotidiana, para hacer frente a lo obvio: somos una sociedad dependiente de las drogas. Estamos en guerra contra las drogas sólo a medias. La consigna «Simplemente Di No» debería dirigirse no sólo a las drogas de la calle, sino a todas las drogas perjudiciales, incluyendo aquellas prescritas.
Hay poca diferencia ética o moral entre un traficante que seduce a los niños en el patio de la escuela para que compren la droga más de moda para «sentirse bien» y la industria médica/farmacéutica que dispensa medicación antipsicótica a niños pequeños. La droga de la calle y la de prescripción hundirán al niño en la misma trayectoria de dependencia química, que acaba por convertirlo en un simple receptor, en lugar de alguien que aporta a la sociedad.
Según la Encuesta Nacional sobre Drogas en Adolescentes, publicada el 11 de diciembre [de 2007] por la Casa Blanca, los adolescentes están cambiando las drogas callejeras por drogas de prescripción como OxyContin y Vicodin. El estudio, conducido por el Instituto de Investigación Social de la universidad de Michigan, encontró una ligera disminución del consumo de marihuana y de otras drogas de la calle y un aumento en las drogas de prescritas. John Walters, director de la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas, dijo que «el 71% de gente joven ha reportado que su fuente de suministro es el botiquín de los padres o amigos.»
Fuente: Artículo «Estudio encuentra que los adolescentess fuman menos yerba, pero consumen más píldoras«, por Theo Milonopoulos, publicado en Tampa Tribune, el 12 de diciembre [de 2007].
Habla muy mal de nuestra nación el que el Center of Medicare y el Medicaid afirmen que al 21% de los pacientes de casas de reposo para ancianos que están en tratamiento con antipsicóticos prescritos «off label» [fármacos prescritos para una patología distinta a la aprobada para el fármaco], no tienen un diagnóstico de psicosis.
Fuente: Artículo «Casas de reposo callan a los ancianos con drogas antipsicóticas«, por Lucette Lagnado, publicado en Tampa Tribune, el 7 de diciembre [de 2007].
Medicar a seres humanos de cualquier edad para inducir docilidad es inhumano. Sin embargo, es aún más trágico cuando se trata de niños a quienes se administran antipsicóticos «off label», ya que ellos tienen toda una vida por delante.
Aunque el humor infantil fluctúa naturalmente entre risas y llantos, se les está prescribiendo medicación antipsicótica «off label» desde que comienzan a caminar. Antes de los años 90, entre los profesionales de la salud mental era generalmente aceptado como ilógico y poco ético el etiquetar a un niño con un desorden bipolar. Y ciertamente, drogar a un niño con antipsicóticos se consideraba contrario al principio hipocrático de «apartarlos [a los enfermos] del perjuicio y el terror». Ayudar a las casas de reposo a controlar a los ancianos y a los padres a controlar a sus niños no es menos malo que enjaularlos en nombre del control.
Nuestra sociedad se ha vuelto más que tolerante hacia la droga, nos hemos convertido en una sociedad narcotizada. Los anuncios de medicamentos dominan las revistas femeninas y los comerciales de televisión. Usted tiene que esperar una hora sólo para que se le llene una prescripción. Las drogas recreativas de las celebridades de Hollywood, los «roides» de los ídolos deportivos, los estimulantes sexuales para cualquier persona, los antisicóticos para controlar el comportamiento de ancianos y niños, todo indica que las drogas han impregnado cada segmento de nuestra sociedad. El uso de productos químicos en la vida cotidiana ha cobrado el carácter de una epidemia.
Las drogas pueden aliviar temporalmente un problema particular. Los efectos secundarios en la persona que toma la droga pueden negarse, pero son evidentes en aquellos que nos rodean. El número de personas incapaces de existir sin medicación que altera la mente está destruyendo nuestro poder para ser un pueblo vital, independiente. Una gran cantidad de gente dependiente de la droga, eventualmente se vuelve dependiente de la «red de seguridad» del gobierno. Esto conduce a una sociedad enferma y en declive. Debemos rechazar la forma de vida de las celebridades, la publicidad y a los expertos médico/farmacéuticos, o bien sacrificar al impacto adverso a largo plazo de las drogas a nuestros cuerpos, mentes y espíritus, así como a los de nuestros hijos.
Las alegrías de la vida se experimentan mejor en un estado consciente. Los altibajos de la vida pueden ser dolorosos ocasionalmente, aunque siempre nos proporcionan la oportunidad de aprender cómo manejar mejor el próximo desafío de la vida. Los problemas nunca cesan, las personas saludables simplemente se vuelven mejores en la tarea de solucionarlos.
El pueblo de los Estados Unidos ha creado una reputación de gente ingeniosa, capaz de superar los obstáculos de la vida. No podemos rendir nuestro carácter de gente que persevere hasta lograr que el trabajo se haga. Si nosotros como sociedad continuamos descendiendo por la trayectoria de la droga cuando las cosas se tornan difíciles, acabaremos por olvidar las ventajas, los recursos y la sabiduría que heredamos de nuestros antepasados.
La restauración de nuestro vigor nacional requiere la disciplina de decir «no» a las drogas innecesarias.
Este artículo Una Nación Drogada no es Saludable es de las pocas piezas responsables y honestas en esta edición. Las masas tienen las anteojeras puestas y se los «expertos» les mienten continuamente, y se les escucha admitir una y otra vez que «no saben lo que [la droga]hace», o «si funciona», o «cómo funciona», cuando las prescriben a los niños y a sus padres. ¡Mientras tanto, luego de años de uso y de prescripciones múltiples a un tiempo, estos chicos están muriendo lentamente! Es tan triste… más gente necesita salir y decir YA BASTA. No se trata de fabricar un dólar, ¡se trata de la vida, la supervivencia y la nutrición básicas de los niños, que son EL FUTURO!
La afirmación «Los problemas nunca cesan, las personas saludables simplemente se vuelven mejores en la tarea de solucionarlos.» es muy cierta que y me imagino que la opción es prescribir una droga nueva para cada nueva «dificultad» que uno tiene… Qué sentido tiene vivir si usted ni siquiera está lo suficientemente alerta o consciente como para:
- Saber que tiene un problema o desafío;
- Tener la oportunidad de encontrar maneras de solucionarlo y de superarlo; y
- ¡Permitirse el placer, la alegría y la satisfacción de saber que usted tiene capacidad de hacerlo!
Este artículo y otros similares deberían publicarse en cada revista y en cada mercado a través de los Estados Unidos, hasta que la población despierte y se de cuenta de lo que se le/nos está haciendo. Tammy Strickling
Gracias por artículo del Dr. Maglio, Una Nación Drogada no es Saludable, nadie habría podido decirlo mejor. La reciente muerte del actor Heath Ledger de una aparente sobredosis es apenas una más otra en una larga cadena de muertes y peligros de muerte de celebridades, que involucran drogas peligrosas de prescripción.
A una cantidad demasiado grande de nuestros niños y ancianos se les está prescribiendo antidepresivos y antipsicóticos, innecesariamente. Virtualmente cada adolescente implicado en una de las masacres o suicidios que se producen en escuelas y centros comerciales estaban, según se informa, bajo los efectos de esta clase de medicamentos psiquiátricos.
Tal vez el actor Tom Cruise tuvo razón en sus pronunciamientos en contra de poner a los niños y a las madres que acaban de dar a luz en tratamiento con estas drogas. Él ha tenido que pagar un precio muy alto en los medios, por haber tenido el valor de hablar públicamente contra este asunto, pero no tan alto como el precio que nuestros hijos y nuestros padres están pagando. Ernest R.