Del cielo a la tierra

Hoy 13 de marzo de 2011 se cumplen 100 años del nacimiento de L. Ronald Hubbard. Me resulta muy difícil hablar de este hombre manteniendo cierta ecuanimidad. Para alguien como yo, es todo un truco dejar la emoción fuera cuando, en un caso como éste, la emoción es una cantidad sin límites. Comenzaré diciéndote que aunque no tuve la oportunidad de estrechar su mano en esta vida, me siento tremendamente afortunada por conocerlo (cada día un poco más) a través del legado de su tecnología. Esa fortuna de la que soy dueña y señora no se refiere a la acepción «suerte» de la palabra fortuna. Se refiere a la riqueza tan inmensa que representa este legado; a la diferencia abismal que marca en una vida el tenerlo o no tenerlo en su haber. Como quizá no me conozcas (y en vista de las estupideces que de cuando en cuando se publican y que las personas leen y a veces creen), pienso que vale la pena aclararte de entrada que no se me ocurre pensar que L. Ronald Hubbard sea Dios (al menos no más que tú o que yo); Seguir leyendo «Del cielo a la tierra»

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Las tres nobles verdades de Steve Jobs


Foto: The Multiverse Theory, por DISC0STU.

Medio en serio, medio en broma, Steve Jobs es una mezcla entre Dios y superhéroe para muchos, ya que es –antes y después que todo– un creador. El que no sea un artista se debe, a mi modo de ver, sencillamente a un error que hubo en alguna parte y será enmendado a su debido tiempo.

Si sabes quién es Bill Gates, pero no sabes quién es Steve Jobs, vale la pena que te enteres (sea por escrito o de forma audiovisual), porque hay todo un universo de tecnología, más cuerdo, más estético y más funcional que es probable que te estés perdiendo en este momento. Si tampoco sabes quién es Bill Gates, pues entonces ni te molestes y sigue tu camino hacia donde ibas antes de caer aquí, obviamente por error.

Sucede que me acabo de encontrar por primera vez con el discurso de bienvenida que Steve Jobs dio a los graduandos de la Universidad de Stanford en 2005. Se trata de un discurso memorable. Lo usan muchos gurús, tecnológicos o no, para inspirar a sus discípulos y seguidores. También, lo usan muchas personas comunes y silvestres para auto inspirarse cuando se les acaban las razones para levantarse de la cama cada mañana.

Steve Jobs plantea tres historias en su discurso. Una, sobre el aprendizaje, otra sobre el amor y la tercera, sobre la muerte. En el primer video cuenta las primeras dos. En el segundo relata la tercera historia. Vale la pena escucharlas las tres.

Me parece tremendamente interesante, por ejemplo, que lo que Steve cuenta en su primera historia, en cuanto al aprendizaje y a la obtención del conocimiento –lo que él llama «conectar los puntos»– es muy similar a lo que planteaba L. Ronald Hubbard en los años 60 en una de las Conferencias de Estudio, del curso profesional sobre la Tecnología de Estudio. El planteamiento de la segunda historia sobre el amor como fuerza que nos empuja a actuar, sobre la importancia de seguir a nuestros corazones, no le parecerá extraña a ningún cienciólogo y la tercera historia, la más impresionante, parece extraída de los primeros capítulos de La Ciencia de la Supervivencia (1951), donde Ronald habla sobre el mecanismo y el propósito de la muerte, desde el punto de vista de la vida.

Te dejo con Steve Jobs:

Naturalmente, el punto de esta entrada no es que el discurso de Jobs se basa en los datos de Scientology. Por supuesto que no, ¡por Dios!

¿Sabes por qué quise compartir este discurso contigo hoy lunes?

Pues simplemente, porque me encanta comprobar y promover, una y otra vez, la idea de que –a menos que estemos en muy muy mala forma mental y espiritual– los seres humanos, sin importar nuestra formación, ocupación, religión o punto de vista sobre la vida somos capaces en general de reconocer la verdad cuando la vemos.

Y porque me encanta comprobar y promover, una y otra vez, la idea de que, como seres espirituales que somos, tenemos una atracción natural por la verdad.

Y porque me encanta comprobar y promover, una y otra vez, la idea de que esto es así aunque a algunos de «Los Chicos Malos» no les guste e intenten hacerte creer lo contrario, como por ejemplo que la verdad es inaccesible, irreconocible, inobtenible y otro montón de «in»…

Muchas personas han cambiado y mejorado sus vidas sólo con los 3 datos básicos de este discurso inspirador de Steve Jobs…. ¿Puedes imaginar lo que podrían hacer con… digamos la centésima parte de todos los datos que tenemos a nuestra disposición en Scientology?

Está en tus manos el darlos a conocer. Muchas, pero muchas personas te lo van a agradecer.

Busca vivir con la Verdad

Aquí está su video de los lunes, el precepto 7 de El Camino a la Felicidad: Busca vivir con la Verdad, imposible que exista uno más apropiado para esta semana.

Busca vivir con la Verdad

Muchas personas quieren que creas algo sólo por que eso conviene a sus propios fines. Lo que es verdad, es lo que es verdad para ti. Nadie tiene derecho a imponerte datos y ordenarte que los creas o sufrir las consecuencias. Si no es verdad para ti, no es verdad.

Juzga las cosas por ti mismo, acepta lo que es verdad para ti y descarta lo demás. Nadie es más infeliz que aquel que trata de vivir en un caos de mentiras.

L. Ronald Hubbard, El Camino a la Felicidad. Precepto 7

Verdad: Lo que está de acuerdo con los hechos y observaciones; respuestas lógicas que resultan de examinar todos los hechos y datos; una conclusión que se basa en evidencia no influida por deseos, autoridades o prejuicios; un hecho inevitable (que no se puede evadir) sin importar cómo se llegó a él.

Mentiras: Afirmaciones o porciones de información falsas que se presentan deliberadamente como ciertas; una falsedad; todo lo que se hace con la intención de engañar o de dar una impresión equivocada.

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El poder de Los Fundamentos

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Encontré esta «escalofriante» historia de éxito (en inglés) el el blog del amigo Philip. Espero que les anime a sumergirse aún más de lo que ya están en el estudio de estas joyas de conocimiento y que no sean egoístas y compartan éxitos como este con nosotros.

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Es una aventura. Ésta es la mejor aventura que he tenido en trillones de años. Es una aventura de regreso a uno mismo. Soy yo otra vez. Desde el mismo momento en que comencé este viaje que supe que estaba haciendo la cosa más importante, más especial, más emocionante que podría hacer, pero no me podía imaginar hasta dónde se relacionarían los datos con mi propia vida. Las cosas me afectan de modo diferente ahora.

Si ocurre que algo me incomoda, no me vuelvo efecto de eso, NO PUEDO, porque ya sé completamente de qué se trata. ¡Ahora, casi tendría que fingir y olvidarme de quién soy y de lo que sé, para ser el efecto adverso de CUALQUIER COSA! Hasta me da risa. En realidad, eso es lo que ahora me paso mayormente haciendo: riendo, divirtiéndome, la alegría de la vida se ha restaurado. Cuando miro hacia atrás, cómo era mi vida antes de Los Fundamentos, y la comparo con mi vida después, resulta casi desconcertante.

Ahora tengo el poder de Los Fundamentos.

Una de las cosas que noté que cambió en mi universo fue que antes de estudiar Los Fundamentos no creía que podría hacer cualquier cosa. Me había perdido la idea de «ganar en la vida». Ahora sé que es la ÚNICA cosa que puedo hacer. Porque eso es lo que deseo y porque soy totalmente causa sobre mi vida y mis dinámicas. Había estado buscando por los años las respuestas a mi existencia y por primera vez, las sé, y lo mejor de todo, las causo.

Cada área de mi vida ha cambiado totalmente. Esta aventura me llevó desde abajo, donde todo era efecto y esfuerzo hacia la banda de pensamiento y de postulado. Postulo algo y sucede, no importa lo que sea. No voy a parar este viaje, no hasta que esté completamente en la cima de El Puente..

Uno de los cambios más asombrosos que ocurrieron en mi universo es que dejé de solicitar, pedir, suplicar a los demás que me permitieran sobrevivir. Me di cuenta realmente de que era una de las cosas más estúpidas que un ser puede hacer. ¡Ya no necesito la «ayuda» tipo lástima, ése es el extremo incorrecto de la escala de tono emocional!

Entiendo que ahora soy responsable como thetán. en este universo de hacer que otros lleguen al nivel donde yo estoy ahora. No se puede exagerar la importancia de que los demás estudien Los Fundamentos y que lo hagan en orden. Yo fui capaz de duplicar cosas y de trabajar con datos que nunca antes pude hacer, como el tiempo. Puedo crear tiempo, nunca entendí esto antes. No habría tenido la menor posibilidad de duplicar los materiales al grado en que lo hice, si no hubiera estudiado todos los datos anteriores.

Uno de los éxitos más hermosos que tuve fue cuando L. Ronald Hubbard hablaba de que él no nos estaba enseñando lo que ya sabemos. ¡No me digas! Somos thetanes, somos creadores. Toda la energía y capacidad que alguna vez tuvimos, todavía reside en nuestro interior. Nadie puede eliminarlas. No podemos caer en ninguna trampa si conocemos la verdad, porque la verdad de quienes somos es más poderosa que cualquier espada, más exacta que cualquier palabra, ¿ves?, porque nosotros creamos la espada y creamos la palabra.

Ahora veo la vida como un juego para jugar, ahora la miro desde otro punto de vista, uno que pensé que había perdido. EL MÍO.

L. Ronald Hubbard es mi mejor amigo, y toda la gente que me ayudó con este estudio de Los Fundamentos son en verdad fantásticos. Puedo ahora hacer mi parte en la creación de una civilización mejor para todos y tomar una algo de responsabilidad por la civilización en la que nos convertiremos. A. K.

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Sobre la verdad y la mentira

Según avanza la verdad, las mentiras mueren. La muerte de mentiras es un acto que quita el pan de la boca del Mercader del Caos. Cree que morirá de hambre a menos que pueda mentir todo lo que le plazca sobre lo malo que es todo.

De acuerdo al Mercader del Caos, el mundo simplemente no debe ser un lugar mejor. Si la gente estuviera menos alterada, menos suprimida por sus entornos, no habría nuevas asignaciones de fondos para la policía y los ejércitos y los grandes cohetes y no habría ni un centavo siquiera para una prensa clamorosamente sensacionalista.

L. Ron Hubbard, La verdadera historia de Scientology